ZARAGOZANO

by Paula Alfonso

Nos encontramos con un maravilloso piso de 186 m2 construídos hace ya 45 años, en una quinta planta con cuatro fachadas al centro de Cambados y en primerísima línea de mar. El objetivo es conseguir potenciar lo mucho que ya tenemos, pero que se encuentra escondido tras una excesiva compartimentación.

La premisa en este caso es organizar el programa para aprovechar orientaciones, consiguiendo una continuidad visual mediante vistas cruzadas.

Para esto logramos distribuir las estancias en torno a un recorrido circular, atendiendo a su mayor o menor grado de privacidad. Así, desde casa punto podemos ver la fachada opuesta a través de la siguiente estancia. Un gran espacio de vida que abraza todo el trazado del sol: cocina y almuerzo al amanecer y mediodía, el salón a la luz de la tarde y el despacho al atardecer. El diseño de las puertas interiores, distintas y a medida, fue un punto clave para conseguir redibujar y confundir límites, graduando la intimidad según el lugar y el momento, acorde a la flexibilidad de los espacios.

El núcleo central de instalaciones comunes del edificio se individualiza a través de la separación física con el techo, y del uso del ladrillo visto en contraste con las superficies circundantes.

La complicidad y confianza de los clientes permitió un juego desenfadado con el uso de materiales de la forma más desnuda, huyendo del exceso decorativo para dar protagonismo a los materiales en busca de un aspecto industrial y muy limpio: el hormigón de la estructura preexistente, el ladrillo y las instalaciones vistas, alicatados degradados de gran formato, detalles en cobre y latón para herrajes y, como no, la madera en elementos como la galería de la cocina.

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