A veces lo urgente minimiza lo importante. En esta actuación lo urgente era eliminar los riesgos de unos aplacados a punto de darnos un disgusto. Entre lo urgente y lo importante estaba frenar el deterioro de las condiciones de salubridad de la edificación.

Lo importante era combinar estas premisas, mejorando la eficiencia energética del edificio y su aspecto, dignificando la construcción y preparándola para el segundo asalto, que esperamos ya sin prisa.